Son muy numerosos los adictos a los vinilos en torno a este nombre mítico en el mundo de la música. La leyenda sigue viva, la de los Rolling Stones, «cantos rodados» en castellano, que llevan más de cuarenta años de carrera, y sus adeptos tienen material suficiente para enriquecer las discotecas, suministrar documentos a las bibliotecas, clasificadores, objetos fetiche, fotos inéditas, etc.
Philippe Puicouyoul, de 57 años, es uno de esos coleccionistas, de conciertos y objetos, de anécdotas sabrosas, y de viajes interminables con una única obsesión: el placer de ver una y otra vez a los ídolos ingleses del Rock, que debutaron en el año 1964.
Para seguir en esa dinámica, Philippe Puicouyoul ha escrito un guión de película para dar voz a esos extraterrestres stonianos, esas gentes que se suelen encontrar en el lío del antes y el después de los conciertos. « Tenía 11 años cuando mi hermano me llevo a Londres.“ Allí descubrí « Not fade away » de los Stones , una cover (en castellano versión) de Buddy Holly ».
El colecciona conciertos (25 conciertos en Europa y Estados Unidos), canciones (ha elaborado un catálogo con más de 1.800 títulos), y vinilos. La mayoría de los discos que ostenta corresponden al grupo.
LP desde bootlegs
Su colección se construyó en dos tiempos. Desde 1964 hace compras de 45 vueltas el día de sus salidas (gracias à José Arthur y su programa de la radio francesa « le Pop club » en la RTF). Màs tarde cuando tiene dinero compra los 33 vueltas, siempre en versión francesa. Segundo tiempo, desde el 1968 hasta el 1975 nuestro coleccionista (que tiene 16 años) lo compra todo en doble. Usa un disco para el plato y el otro envasado (sin tocarlo) para alimentar su colección. También conserva cuidadosamente todos los números de la revista Rock and Folk y una colección de recuerdos de conciertos. Hoy día sigue comprando vinilos de recién creación hechos en pocos ejemplares en el mercado alemán. Y como cualquiera coleccionador respectado, Philippe conserva cuidadosamente álbumes hecho de booblegs. Posea 70 álbumes de 80 milímetros cada uno. ¿Qué son los bootlegs? Son grabaciones audios o videos piratas, tomas de sonidos en vivo rarísimas. Grabaciones sonoras tomadas en conciertos, habitaciones de hoteles, estudios de grabación, muy a menudo sin que los artistas estén informados. Estos documentos no oficiales, forman parte de una amplia economía subterránea de la música con cubiertas y editores facticios. El bootleg nació en Estados Unidos con el opera, el jazz y el blues antes la era del rock and roll. Algunos bootlegs famosos son los de Jimi Hendrix al Royal Albert Hall de Londres. Bob Dylan, Frank Zappa, The Velvet Underground ou Pink Floyd entraron al panteón de los « bootleggers » (aquellos numerosos coleccionadores de documentos piratas). Como para la mayoría de estos apasionados, las cotas, el valor no están en el centro de la colección. El intercambio es una práctica corriente. Philippe privilegio a pesar de todo el contacto « in vivo » cerca de los amplificadores y la mayoría del tiempo a algunos metros de la escena o en la plaza VIP. Al Palais des sports, en el 1970, estaba sentado en la escena a 1 m 50 de Mick Jagger con las orejas a dos pasos del amplificador del bajo. Todavía no existía la agresividad de los numerosos agentes de seguridad que prohíben acercarse de los famosos. Tras este concierto asiste a los cuatro conciertos sucesivos en los mataderos de la Villette en el 76. En 1986 salida del disco Dirty work tras un largo periodo oscuro del grupo. En 1990, es el año cuando nuestro coleccionista, entra en contacto con los demás adoradores ; descubre jóvenes « locos perdidos» expresión del medio donde se comentan las astucias sobre las plazas de conciertos, las gangas, las revistas, los discos. Y con todo este hormigueo de fans, acumula las imágenes por su proyecto de película para demostrar al espectador que existen mundos sorprendentes. Philippe asista a seis conciertos en 1990. En 1994, va a los Estados Unidos para verlos cuatro noches seguidas al Giant Stadium (New Jersey). En enero del 1998 se lanza en una locura. Esta en Vancouver (oeste del Canadá) para su trabajo y se procura gracias a su club de aficionados una entrada de concierto VIP en Nueva York. Pero tiene que volver a Francia por dos días. Vuelve a Nueva York y el día siguiente el concierto vuelve en Francia. ¡Uf! Con la llegada del internet, los aficionados franceses se dan cuenta que existen clubes igualmente llenos de energía en gravitación sobre todo el planeta. Relaciones virtuales se establecen con centenas de personas. Y Philippe frecuenta así mister Doug quien es el Señor Stones en los Estados Unidos y el iniciador del poderoso fan-club de este país. También está en contacto con Bjornulf, el Señor Stones en Holanda, Martin Elliott la referencia Stones (catalogueur des Stones, autor de « The complete recording sessions » en Inglaterra, una biblia de 800 páginas), Axel Schumarer de Berlin, personaje también enigmático y respectado. Una tela de araña se tizo entre varios países. Una mundialización de la Stones-mania se constituyo y Philippe tiene una plaza a parte gracias especialmente a una obra de 400 páginas. Bajo el titulo « Pop fiction », relata historias cotidianas alrededor de 30 anos de pasión por el rock. Este libro, apreciado de los entendidos fue declarado por el crítico musical Jean Claude Bizot, fundador del grupo de prensa Nova, como uno de los libros indispensable sobre la historia del rock de los años 70-90. Philippe esta seguido de cerca por otro Philippe (Duviquet), otro grande viajador quien sigue expresamente la estantería, las cotizaciones de la stone mania. El también pudo conocer adeptos “sobreexcitados” proviniendo de Estados Unidos, de Holanda o del Japón (donde no pudieron producirse tras una interdicción por problemas de drogas en los años 60 a 90). Porque interesarse a los Rolling stones es un serio enfoque de la mundialización sobre todo en colecciones.
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